Leo Kanner, psiquiatra austríaco, publica en 1843 un estudio basado en un análisis clínico de las características presentadas por un grupo de pacientes a los que definía como autistas. Kanner (1943) describe como principales características de estos pacientes las siguientes: soledad emocional, falta de contacto con personas y ensimismamiento. No era el primer profesional en describir estos síntomas pero sí el primero en diferenciar a estos pacientes de los que padecían esquizofrenia.
Tan sólo un año después, en 1944, el médico vienés Hans Asperger realizó un trabajo similar con cuatro niño y estableció que, a pesar de que los síntomas descritos por Kanner eran los mismos que los detectados por él, la principal diferencia era que estos niños no tenían problemas para hablar. Definió el trastorno con psicopatía autista. Las características peculiares que detectó Asperger en estos niños se utilizaron durante mucho tiempo para referirse a las personas autistas que presentaban un buen nivel lingüístico y cognitivo, definidos como autistas de alto funcionamiento.
El trabajo de Asperger fue escrito durante la Segunda Guerra Mundial, este hecho y que fuera escrito en alemán hicieron que cayera en el olvido hasta 1981 en que la psiquiatra Lorna Wing en su artículo titulado “Asperger síndrome: a clinical account” utiliza este síndrome por primera vez como una categoría diagnóstica diferenciada para el uso clínico, lo muestro al mundo y reconoce la labor de Hans Asperger dando su nombre al síndrome. Wing establece la llamada “tríada de Wing” para referirse a las alteraciones que se observan en los trastornos englobados dentro del espectro autista, como el síndrome de Asperger: comunicación, socialización e imaginación.
Gillberg y Gillberg en 1989 establecen una serie de criterios para conseguir identificar y diagnosticar el síndrome de Asperger, intentan aclarar su nosología y su relación con otros trastornos infantiles. Es en la década de los 90 cuando se observa un mayor interés por el síndrome, las publicaciones y estudios aumentan considerablemente. En 1994, tal y como indica Caballero (2004), se incluye en la DSM-IV formando parte de los Trastornos Generalizados del Desarrollo. Se restringen los criterios para el diagnóstico: no presentar retraso cognitivo ni en el lenguaje. En 2001 se crea la primera asociación de padres de personas con síndrome de Asperger en España.
El síndrome de Asperger es un trastorno crónico del desarrollo, no es una enfermedad, no se cura ni se transmite. El desarrollo tiene una evolución diferente al del resto de la población considerada normal, supone una diversidad neuronal. En las dos últimas décadas son varias las teorías neurobiológicas que han intentado dar explicación al síndrome de Asperger:
- Teoría de las Neuronas Espejo. Investigadores de la Universidad de California han descubierto la relación entre los trastornos del espectro autista y las neuronas llamadas espejo. Las neuronas observa que alguien realiza la misma. En los autistas sólo se activan cuando realizan ellos la acción y no cuando la ven. Esto puede dar explicación a la falta de empatía puesto que no interpretan las acciones y emociones de los demás.
- Teoría de la Infraconectividad. Este teoría evidencia que las personas Asperger tienen deficiencias en las conexiones entre las diferentes áreas cerebrales. Varios estudios, como los de Koshino, H. et al. (2005) evidencian problemas de conexión entre el área de Broca, que es la encarga de la sintáctica, semántica, memoria y el procesamiento, y el área de Wernicke encargada del lenguaje. También muestran evidencias de que es mayor la memoria visual que la auditiva.
- Teoría del Hemisferio Derecho. Propuesto por Klin et al. (1995). Afirman que se observa una disfunción en el hemisferio derecho que es el encargado del procesamiento de la información viso-espacial y relacionado con aspectos de prosodia, entonación, interpretación y expresión de emociones. Esto explicaría las dificultades en las relaciones sociales.
- Teoría de la Función Ejecutiva. La función ejecutiva hace referencia a la capacidad para llegar con éxito a la resolución de un problema en vase a un objetivo planificado. Las investigaciones de Ozonoff et al. (1991) concluyen que las personas con síndrome de Asperger tienen afectada esta función ejecutiva, tienen un pensamiento repetitivo, inflexible y rígido presentando respuestas impulsivas y falta de contención a la hora de emitir respuestas inadecuadas. Esto afecta a su capacidad en la toma de decisiones y a la organización, planificación y control.
- Teoría de la Mente. Baron-Cohen (1993) postulan esta teoría que afirma la existencia de esta capacidad para atribuir estados mentales e intenciones a los demás. Sus estudios muestran que los afectados por el síndrome de Asperger fracasan al formular una teoría o explicación sobre el pensamiento de los otros, tienen dificultades para percibir los pensamientos de los demás y los suyos propios. Esto afecta directamente a su capacidad de sentir empatía por lo cual es muy difícil que puedan mantener relaciones sociales con normalidad.
- Teoría del cerebro masculino. Se basa en las diferencias entre el cerebro masculino y el femenino. Es masculino es más favorable en matemáticas de alto nivel, en representación espacial, en movimiento de figuras y habilidades espaciales. El femenino es más favorable en tareas lingüísticas, cooperación y empatía, velocidad perceptiva, juicio social y juego simbólico con niños. Establecen un continuo entre el cerebro extremadamente masculino y el femenino, en un extremo se encontraría el cerebro Asperger como extremadamente masculino y cuya característica principal sería que las habilidades propias físicas son mucho superior que las psicológicas. Se apoyan en diferentes explicaciones neurobiológicas.
- Teoría de la coherencia central. Esta función es la encargada de la organización de los estímulos que provienen de diferentes fuentes de información en una situación determinada. Fallos en esta función explicacarían porqué los individuos con SA se fijan excesivamente en los detalles no pueden integrar la información crando un sentido global.
BIBLIOGRAFÍA
Andrés, A. (2014). El síndrome de Asperger en el aula de Educación Primaria. UNIR.